Un grupo de científicos japoneses especializados en la anti-gravedad buscan fantasmas para sus experimentos. Encuentran a uno, el de un niño, en un edificio en China. Retienen a éste en una habitación rodeada de un invento suyo que retiene todo tipo de ondas electromagnéticas (las esponjas merger). Por supuesto el experimento se escapa de todo control, y el fantasma del niño, junto con otro que no desvelo, acaba matando y haciendo cosas malas.
La película se nota que es un esfuerzo por cambiar el argumento tipo de las películas de miedo asiáticas que se venían haciendo últimamente. Ésta mezcla elementos occidentales, como el intento de racionalizar científicamente la existencia de fantasmas, con elementos típicos de películas asiáticas, como los fantasmas de pelo negro largo. Se agradece ese aire fresco, y la incorporación de escenas de acción que compensan la bajona de la última parte.
A mí no me desagradó, pero me pareció muy larga, los efectos especiales muy cantosos, con muchos agujeros en el guión, y el personaje del doctor Hashimoto mal desarrollado. Me parecieron un acierto las escenas del policía enfrentándose a los fantasmas. La idea de no poder mirar al fantasma a los ojos le aportó tensión a esas escenas, aunque los pelos negros ya cantan demasiado y le quitan "respeto" a los fantasmas.
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