Ostias a tutiplén. Éste sería el resumen de la película. Yo poco puedo aportar en una reseña, casi todos los que que vemos esta película decimos lo mismo: Guión nulo, acción 10. La sinopsis, aunque irrelevante, es la que sigue: Toni Jaa pertenece a una dinastía de guerreros protectores del elefante del rey. Junto a su padre cuidan de un elefante y su cría, para que alguna vez sean seleccionados para ser elefante del rey. Cuando van a probar suerte en la "feria" del año nuevo, les roban el elefante y a su cría. Y ése es el detonante.
Tony debe viajar a Sidney a recuperarlos, y cuando llegue allí se encuentra con que la mafia vietnamita-judeo-masónica le ha robado a su elefante para servirlo de comida en un restaurante. La trama se va a la mierda, porque mezclan drogas, prostitución, tráfico gastronómico de animales (incluyendo armadillos), y una conspiración de una empresa dirigida por un transexual, en connivencia con un policía corrupto.
Pero ya dijimos que la trama era lo de menos. Lo de más son las leches que reparte el Tony Jaa. Le da a patinadores callejeros, a chuletas de barrio, a gerentes de restaurantes, a un capoeira, a un espadachín (¿?), etc. Las leches las reparte de todos los colores y sabores. Rompe piernas, brazos, muñecas, tobillos, clavículas, espinas dorsales, ... Es increíble la capacidad física de este muchacho.
En fin, recomendable para los amantes del género, y que sólo quieran 100% diversión, entretenimiento y ostiones. El que busque filosofía, que no la vea.
Nota: No había visto una persecución tan divertida (la de las lanchas en el río) desde Benny Hill.
Publicado por Pestañín en 10:16 a. m.
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