Kontroll (2003)

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En Kontroll asistimos a las andanzas de un grupo de revisores de entradas en el metro de Budapest. La historia se cuenta a varios niveles, y éstos se entremezclan.
Primero nos presentan a un asesino, que se dedica a tirar a usuarios del metro a las vías, justo antes de aparecer el tren, haciendo que parezca un suicidio.
En un nivel está el grupo de revisores, que tienen que lidiar todos los días con los frescos que viajan por la cara. Tendrán que pelear, correr, insultar, correr, esquivar, etc. Sin duda, un trabajo peligroso. Estas escenas, con música de baile de fondo, le dan la agilidad a la película, con mucha accón y humor.

Los revisores. El del centro es Bulcsú.

En otro nivel se encuentra Bulcsú, un miembro del grupo con un pasado misterioso.
No sale nunca del metro (incluso se queda a dormir), y es el único que sospecha que los suicidios no son tales, sino asesinatos. No se llega a saber porqué decidió un buen día enterrarse en el subsuelo con un trabajo peor que el que podría tener en la superficie. Allí conoce a la hija de Béla, el conductor, que va vestida siempre de osito de peluche y nunca paga. Y de la que por supuesto se enamora. Además, de vez en cuando compite con otros revisores corriendo delante de los trenes, en una arriesgada competición.

El escenario.

La película está rodada realmente en el metor de Budapest, consiguiendo un aspecto realmente sombrío, y haciendo más realistas, si cabe, los sueños de Bulcsú.

Bulcsú encontrando al asesino en un sueño. Entra en un túnel (aka paredes vaginales),
hasta llegar al fondo, donde se encuentra el asesino en posición fetal.

En fin, una película con momentos ligeros y divertidos, pero también con una historia que mezcla realidad y ficción, y una historia de amor.
Aunque a veces me dio la sensación de que las distintas historias no se unían bien, produciendo discontinuidad en la narración, me parece una película muy buena, y de las que merece la pena ver.

La chica. Preciosa.

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