Cuando Ibarretxe aprobó su plan en el parlamento vasco, en el PP se llevaron las manos a la cabeza. Decían que había que recurrir ese plan al tribunal constitucional, y que como Zapatero no lo quería hacer, pues que estaba algo así como promoviendo la ruptura de España.
Al final se dejó que Ibarretxe llevara su plan a las cortes españolas. ¿Y qué pasó? Pues que yo sepa no se rompió España, ni cambió gran cosa. Se debatió, se le dijo a Ibarretxe que no vale saltarse la ley y punto. Ibarretxe se fue a su casa sin plan pero habiendo recibido al menos un buen trato.
Ahora volvemos a lo mismo. El parlamento catalán aprueba un nuevo estatuto, y antes de que llegue a las cortes españolas, ya están los de siempre diciendo que Zapatero rompe España, etc.
¿Por qué no dejan que llegue? Cuando llegue, lo discuten donde lo deben de discutir, es decir, en el parlamento (y no en los medios de comunicación). Si el estatuto es inconstitucional, pues lo retocan y punto. En Cataluña hicieron un estatuto de máximos para negociar. Saben que el definitivo quedará por debajo, pero no les importa porque aún así habrán hecho un buen trato. Me parace legítimo que luchen por lo suyo.
Lo que pasa es que en el PP se creen que así ganan votos, cuando resultan que los pierden, como se vio en las anteriores elecciones. Pero lo más grave para todos no es eso, sino que hacen que catalanes y vascos se sientan presionados por el resto de España, casi insultados. Esto hace que los partidos independentistas aumenten su número de votos (no es casualidad que ERC aumentase su número de escaños tan rápido justo cuando la mayoría absoluta de Aznar), aumentando el peligro de ruptura.
Publicado por Pestañín en 3:57 p. m.
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